Un sistema fotovoltaico (FV) es una tecnología que convierte la energía solar en electricidad y consta de paneles solares, un banco de baterías, un inversor y componentes de conexión a la red. Un sistema fotovoltaico puede generar electricidad de forma autónoma bajo la luz solar y también puede almacenar el exceso de electricidad o emitirla a la red. Su uso está muy extendido en aplicaciones residenciales, comerciales e industriales.
La aplicación de los sistemas fotovoltaicos (FV) es muy amplia y abarca los sectores residencial, comercial e industrial. En el sector residencial, los sistemas fotovoltaicos pueden suministrar energía a los hogares, haciéndolos menos dependientes de la red, y también permiten a los propietarios vender el exceso de energía a la red para obtener ingresos. En el sector comercial, los sistemas fotovoltaicos pueden ahorrar costes energéticos a las empresas y reducir las emisiones de carbono, además de mejorar su imagen medioambiental. En el sector industrial, los sistemas fotovoltaicos pueden suministrar energía a fábricas, edificios públicos, etc., reduciendo los costes energéticos y las emisiones de carbono.
El mercado de sistemas fotovoltaicos ha crecido rápidamente en los últimos años, sobre todo gracias al apoyo político de algunos países como China, Estados Unidos y Alemania. El coste de los sistemas fotovoltaicos sigue disminuyendo al tiempo que avanza la tecnología, y cada vez más personas reconocen las ventajas de los sistemas fotovoltaicos, lo que ha provocado un fuerte crecimiento del mercado fotovoltaico. Según datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la cuota de mercado de los sistemas fotovoltaicos seguirá aumentando en los próximos años, y se espera que la capacidad total instalada de sistemas fotovoltaicos en el mundo supere los 16.000 GW en 2030.